5. Lo hemos dejado

¿Existe el amor eterno?

La respuesta a esta pregunta pasa de manera inexorable por hacerse otra pregunta más: ¿qué entiendes por amor? Si cuando hablas de amor, hablas de amor pasional, tengo una mala noticia para tí: El amor está destinado a morir.

Se realizó una investigación con parejas que llevaban como media 5 años de relación y que se declaraban muy enamoradas. Su reacción cerebral ante la imagen de la persona amada mostró que seguía funcionando el mecanismo neuronal del amor inicial (amor pasional) activando las áreas de liberación de dopamina y área de gratificación (estas son las áreas cerebrales que se activan en nuestro cerebro cuando nos estamos enamorando de alguien, es decir, cuando tenemos esa cara de tontas durante todo el día). Sin embargo, también se activaban otras zonas cerebrales y en mayor medida. Zonas relacionadas con la liberación de oxcitocina y varsopresina, hormonas que regulan los lazos afectivos intensos, la empatía, lo que se relaciona con el apego y el compromiso. Estaríamos aquí hablando de la fase del amor siguiente a la amorosa la que se conoce como fase apego.  

Con esta investigación lo que se demostró es que con el paso del tiempo nuestro cerebro activa en menor medida las zonas de amor romántico y activa las zonas del amor afectivo. Esto no quiere decir que la pasión se pierda, sino que está en menor medida que al principio y junto a otros elementos como la confianza, la sinceridad y el apego. De esta manera, no sentiremos esas cosquillitas ni esa cara de tonta toda la relación (eso pasa), disfrutaremos de un amor de verdadera unión con la persona con una pasión algo más dormida.

Pero cuando hablamos de amor afectivo, ¿este puede acabarse? ¿Puede ser este eterno? Desde el punto de vista biológico, psicológico y social la respuesta es sí, existe el amor para siempre. Sin embargo, a veces se acaba.

 

¿Qué hacemos cuando se acaba?

Una ruptura es un duelo y, como tal, el paso del tiempo será tu única medicina. Hay estudios que han demostrado cómo el duelo por una ruptura sentimental puede ser más doloroso física y psicológicamente que el duelo por la muerte de algune allegade. La principal hipótesis al respecto es que en una muerte esa persona ya no está y, por lo tanto, no hay forma de que estés con ella pero en una ruptura la persona sí que está, pero no quiere estar contigo. Sin embargo, hay ciertos elementos que pueden hacer que afrontes mejor ese duelo y que tengas un mayor crecimiento postraumático. El crecimiento postraumático es aquel proceso por el cual eres capaz de sacar cosas buenas y positivas de una pérdida, en este caso de la ruptura. Estos elementos son: conocer las fases del desamor, desarrollar estrategias reflexivas y la expresión emocional.  

Fases del desamor

Conocerlas te ayudará a entenderte mejor y a comprender mejor tu estado emocional y tus pensamientos. Además saber que son fases que cuando una acaba da comienzo la otra aumenta la percepción de que el mal rato pasará.

Fase 1. Incredulidad y protesta. En esa fase tu cerebro es lo peor de este mundo. Libera las mismas hormonas, y en muchísima mas cantidad, que cuando estas enamorándote. La misma idealización que se produce al principio de la relación se produce en este momento. De esta manera, lo que tu cerebro te dice es que has perdido a la persona más maravillosa del mundo. Esta idealización da lugar a un aumento de la atracción por esa persona y nuestro único afán es volver con ella. Sin embargo, debes saber que ese “querer volver” es un sentimiento vacío, quieres volver con la persona de los buenos momentos. Recuerda que estás idealizando y todo lo malo lo olvidas, los motivos de ruptura, los desencuentros, enfados y descuidados pasan a un segundo plano y no los tendrás en cuenta en tu decisión de volver. Entras, así, en un ciclo de atracción-rechazo → ansiedad, atracción-rechazo → ansiedad… Este ciclo una y otra vez da lugar a sentimientos de rabia, enfado, ira y furia. No entendemos por qué no pueden querernos, por qué las cosas no pueden ser como antes.

Fase 2. Desesperanza y resignación. Es ahora cuando poco a poco, llega la depresión. Vivimos una profunda melancolía, sentimiento de pérdida y tristeza. Ya no liberamos esas hormonas de felicidad que nos producían mayor atracción e idealización, sino que entramos en un momento de letargo. Nuestro cerebro, que ya empieza a ser mejor amigo que antes, te ayuda a distanciarte de tu ex pareja al asociar esa persona con elementos negativas (variables de personalidad, descuidados, malos momentos, enfados, discusiones) lo cual produce rechazo y evitación. Ese letargo es una oportunidad inigualable de disfrutar del tiempo contigo misma, de conocerte mejor y de conocer tus emociones. Aquí juega un papel muy importante nuestra tolerancia a las emociones negativas como es la tristeza. Por otro lado, este rechazo te permite empezar a fijarte en otras personas dando así oportunidades a nuevos amores. Pero, no corras, no hay prisa, aprovecha la pausa que la tristeza te da y descubre lo que es estar contigo misma.

Fase 3. Aceptación y reorganización. Ahora es cuando estamos ya lejos del epicentro del terremoto y no nos afecta igual. Empezamos a reorganizarnos, a activarnos, volvemos a tener las riendas. En esta fase salimos del letargo, nos despedimos del duelo y de los recuerdos dolorosos. A partir de aquí somos más capaces de ver claramente los aspectos positivos que hemos ganado en estas fases y empezamos a recordar a esa persona de manera positiva y sin dolor.

Estas tres fases del desamor, es decir, desde que se inicia el duelo hasta que se acaba, puede durar entre 6 y 18 meses. Tal y como decía Pablo Neruda en uno de sus poemas: “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”.

 

Estrategias reflexivas y expresión de emociones

Estrategias reflexivas V.S. Estrategias reactivas. Supongamos que estás pasando por una ruptura o incluso lo acabas de dejar ahora mismo. Coges el móvil, te pones los auriculares y le das al play. Empieza a sonar una música tranquila y triste. Esta persona tendría una estrategia reflexiva. Esta música te hace estar en mayor contacto con tu tristeza a profundizar en ella. Con esto, te haces más tolerante a ese estado emocional, eres capaz de estar ahí más tiempo lo cual te permite un momento de parada, de reflexión y de autoaprendizaje. Es un tiempo para hablar contigo misma, preguntarte cómo te sientes, que necesitas, que no quieres, que te hace sentir mejor, etc. En la otra cara de la moneda, tendríamos a una persona que al darle al play suena una canción alegre, motivante. Con ella intenta distraerse y no pensar en lo mal que está sentimentalmente. Es posible que esto, es decir, usar una estrategia reactiva, le haga sentir mejor en ese momento. Sin embargo, a la larga hay estudios que reflejan que el duelo es más doloroso y que has perdido la oportunidad de aprender más sobre tí y que eres menos capaz de sacar cosas buenas de ese mal momento (crecimiento postraumático). En este tipo de investigaciones se ha visto cómo los chicos tienden a ser más reactivos y a caer en actividades evitativas y distractoras, mientras que las chicas tendemos a ser mucho más reflexivas.

Expresión de las emociones. Di tus emociones, a tí misma y a los demás. No las pongas en una caja bajo llave, allí no sirven de nada, ni aprendes nada ni arreglas nada. Siempre se dice que las alegrías compartidas son doble alegrías, pero también hay que decir que las penas no compartidas son el doble de penas. Así que compártelas. Decir las emociones las pone nombre e identificarlas es la única manera de utilizarlas en nuestro beneficio y mejorar en su manejo. En cuanto a la expresión de emociones,el patriarcado y sus estereotipos crean una diferencia entre chicos y chicas. Las chicas tenemos la gran suerte de ser las débiles del cotarro así que se nos permite y enseña desde pequeñas a que decir lo que sentimos no es nada malo mientras que los valientes y fuertes varones no pueden llorar (recordad que eso es de nenazas). Sea de una forma u otra expresar lo que sentimos nos ayuda a avanzar. Tolera tus emociones negativas, cuéntalas, no permitas esconderlas y que reaparezcan con el tiempo. No pierdas la oportunidad de aprender de los malos momentos como es una ruptura.

¿Es igual que deje un chico que deje una chica?

Todes pasamos por el duelo cuando nos dejan o dejamos. Es un proceso en el que emociones, esquemas cognitivos (pensamientos) y estrategias de afrontamiento marcaran la diferencia como se ha dicho anteriormente. Des esta manera, retomando puntos anteriores, tolerar tus emociones, expresarlas, manejarlas mejorarán tu proceso de duele y te harán más capaz de sacar cosas positivas. Pensamientos y emociones son inseparables en cualquier persona. Cuando estamos tristes por una ruptura nos decimos cosas constantemente (el cerebro nunca sabe estar en silencio) En este sentido, los pensamientos que mantenemos activos por nuestro aprendizaje van a influir en cómo regulamos emocionalmente. Si el aprendizaje influye está claro que va a haber una diferencia en cuanto al género. En este punto me gustaría lanzar algunas preguntas para reflexionar: ¿Cómo creéis que deja una chica que ha sido educada en el cuidado del otro? ¿Creéis que las chicas toman fácilmente la decisión de romper o aguantan y aguantan por eso de la espera y mi autocuidado va después? ¿Cómo afronta una chica educada en la dependencia el ser rechazada por una pareja? ¿Cómo influye esto en su seguridad? ¿Si sin ti no soy nada ahora que hago sola? ¿Si tu me completas ahora que hago a la mitad? (Distorsiones míticas del amor predominantes en chicas que influyen en su reflexividad, pero en chicos también afectan las suyas).

Actividad práctica propuesta

La regulación emocional es la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. Por otro lado, la aceptación y no evitación de las emociones es el primer paso para la regulación emocional.

Busca una música lenta que te evoque un sentimiento de tristeza. Cierra los ojos y deja que esa emoción te inunde. Seguramente si partes de una emoción positiva te cueste entrar en la tristeza, no pasa nada, date tu tiempo. Poco a poco empezarás a sentirte más triste. Posiblemente te vengan a la mente situaciones concretas, déjalas no las bloquees. La tarea consiste en no bloquear y quedarte en ese sentimiento todo lo que puedas. Poco a poco con este tipo de actividad tu tolerancia a emociones negativas aumentará y con ello tu capacidad a aprender de ellas.

La música que se utilizó en el taller la podéis encontrar en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=tDXFwj2RFCg

 

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